Hoy en día todos sabemos que la sostenibilidad es uno de los factores que más influye al consumidor a la hora de elegir un producto u otro. La sociedad, por fortuna, cada vez está mas concienciada a la hora de ejercer un consumo responsable y respetuoso con el medio ambiente. Por esta razón, muchas de las empresas han intentado unirse a la tendencia, ya que dada la fuerza que está adquiriendo, les pueda atraer numerosos clientes. Convertirse en una empresa con valores, sostenible y respetuosa con el medio ambiente no es tan sencillo como podría parecer en un principio. Se necesita mucho tiempo, inversión y dedicación, factores que a algunas las empresas les cuesta mucho aplicar. En su lugar prefieren llevar a cabo prácticas engañosas, por ejemplo, presentar como ecológicos productos que no lo son. Es lo que se denomina “Greenwashing”.
¿Qué significa greenwashing?
La palabra «greenwashing» proviene de dos raíces inglesas, «green-«, verde, y «-washing», que significa lavar. Podría traducirse en «lavado verde», una forma de márketing que adoptan determinadas empresas en las que aseguran haber adquirido un compromiso medioambiental, bien sea en el propio funcionamiento de la empresa, en las relaciones que establece con terceras partes o en los productos o servicios que proporciona, sin haber introducido cambios significativos en sus políticas ambientales.
Así, la empresa se beneficia de las buenas intenciones de sus clientes, quienes preferirán estas empresas a otras menos «verdes», llegando a aceptar incluso sobrecostes, sin llevar a cabo una actividad que promocionan.
- Afirmar que un producto es totalmente natural o ecológico cuando, en realidad, solo cuenta con un porcentaje reducido de ingredientes naturales o ecológicos, siendo el resto ingredientes sintéticos o sin valor añadido, solo con el fin de venderlo mejor, y en ocasiones, más caro.
- Asegurar que un producto es sostenible sin aportar pruebas o certificados de un consultor externo que lo verifiquen.
- Utilizan productos de origen natural, pero se procesan tanto que dejan de serlo.
- Usar etiquetas falsas que indiquen que el producto posee una certificación ‘ecológica’ que en realidad no tiene.
- Ofrecer al consumidor información sostenible que, a pesar de ser cierta, le resulte irrelevante o poco útil para la elección del producto en base a su característica más ‘eco’.
- Desviar la atención del consumidor hacia factores que resultan menos dañinos para el medio ambiente, distrayéndole de aquellos que son más peligrosos.
- Incluir información falsa en los productos.
Por desgracia, necesitamos revisar la lista de ingredientes para saber si un producto es realmente natural o no.
Si bien hay marcas que utilizamos ingredientes naturales reales (plantas, flores, nueces, semillas y hierbas), muchas otras se aprovechan de esta preocupación como consumidoras para cambiar su estrategia de marketing, y no sus productos.
No olvides, el poder elegir esta en tus manos.
Cada vez somos más quienes nos preocupamos por entender qué ingredientes tienen nuestros cosméticos y optando por alternativas ecológicas y sobretodo de calidad.
Tal vez tu eres una de nosotros, y estás cansada de leer etiquetas de envases que parecen muy bio, muy ecológicos, pero están llenas de químicos.
No busques más.
Desde Taller Madreselva, apostamos por la calidad y la honestidad tanto en la producción de nuestros productos como en la comunicación.
Todos nuestros productos cométicos han sido auditados por un organismo de certificación reconocido, BioVidaSana. La certificación asegura que el proceso completo desde la materia prima hasta el producto final puesto a la venta, ha cumplido las normas que garantizan su calidad.
En Taller Madreselva, no queremos que te quedes con ninguna duda. Estaremos encantados de resolver cualquier duda que pueda surgir. ¡Escríbenos!